Los factores de riesgo de la hipertensión arterial son variados, y pueden ser modificables o no modificables.
Un factor modificable es una conducta o hábito que puedes cambiar con motivación y disciplina, mientras que un factor no modificable tiene que ver con tus antecedentes familiares, tu edad o el diagnóstico que ya recibiste de otras enfermedades.
Hipertensión arterial: causas y efectos
A continuación, todo lo que necesitas saber sobre la hipertensión arterial, causas y efectos para que puedas tomar medidas a tiempo y cuidar de tu salud.
Causas
En el diagnóstico de hipertensión arterial, se habla de causas esenciales y secundarias. Las causas esenciales son un grupo de factores que son comunes en la mayoría de los pacientes con hipertensión, como:
- Herencia familiar.
- Alimentación inadecuada (el exceso de sal influye mucho).
- Obesidad.
- Inactividad y vida sedentaria.
- Tabaco.
- Estrés.
- Consumo excesivo de alcohol.
En cuanto a las causas secundarias, son factores menos comunes que los esenciales, pero que también pueden influir en el desarrollo de la hipertensión arterial:
- Problemas endocrinológicos.
- Enfermedades renales o de las arterias renales.
- Apnea del sueño.
- Enfermedades del sistema nervioso central.
Efectos
Cuando tienes hipertensión y no has recibido tratamiento comenzarás a sufrir de molestias relacionadas con el aumento de la presión con la que viaja la sangre por el cuerpo y la disminución del flujo sanguíneo a órganos vitales.
Esto puede causar, por ejemplo:
- Dolor torácico o angina de pecho.
- Infarto de miocardio, que ocurre cuando las células del músculo cardíaco mueren por falta de oxígeno.
- Insuficiencia cardíaca, que se produce cuando el corazón ya no es capaz de bombear sangre y oxígeno a los órganos.
- Ritmo cardíaco anómalo (alto riesgo de muerte súbita).
Complicaciones de la hipertensión arterial
La hipertensión arterial se relaciona con muchas otras enfermedades que pueden afectar tu calidad de vida seriamente. Por ejemplo, el daño en las paredes de las arterias por el exceso de presión puede causar un accidente cerebrovascular y consecuente parálisis.
Luego, en fases avanzadas de la hipertensión, también es posible que los órganos vitales del cuerpo (como los riñones) dejen de recibir la sangre y oxígeno que necesitan para funcionar correctamente. Esta es la causa de la insuficiencia renal.
Todas estas condiciones llegan como complicaciones de la hipertensión arterial, pero se pueden prevenir con un diagnóstico temprano y cambios en tu estilo de vida.
Diagnóstico de hipertensión arterial
Para diagnosticar la hipertensión, tu médico se fijará en los resultados de tus lecturas de presión arterial más recientes, para verificar si tu presión ha sido elevada durante mucho tiempo.
En condiciones normales, la presión sistólica -fuerza con la que el corazón bombea sangre- debe ser de menos de 120 mmHg, mientras que la diastólica -fuerza con la que viaja la sangre por el cuerpo cuando el corazón no está bombeando- debería ser inferior a 80 mmHg.
Puedes guiarte por estos rangos de presión para hacerte una idea de tu salud arterial:
- Normal: menor a 120 mmHg / menor a 80 mmHg
- Elevada: 120 a 129 mmHg / menor a 80 mmHg
- Hipertensión fase I: 130 a 139 mmHg / 80 a 89 mmHg
- Hipertensión fase II: al menos 140 mmHg / 90 mmHg
- Crisis hipertensiva: mayor a 180 mmHg / mayor a 120 mmHg
Por último, ten en cuenta que la presencia de varios factores de riesgo de la hipertensión arterial no significa que vayas a desarrollar la enfermedad, pero es mejor que te informes con tu médico sobre métodos de prevención.