Cuando sientes un dolor en alguna parte del cuerpo, tu primera reacción casi siempre es llevarte las manos al lugar de la molestia. Lo mismo pasa cuando te lastimas: colocas tus manos sobre la zona adolorida para irradiar calor, consuelo y alivio. Es, en esos momentos, donde estás aplicando sin saberlo los fundamentos básicos del reiki, una terapia japonesa que ayuda a sanar a través de las manos y de la cual te hablaremos a continuación.
¿Qué es y que significa reiki?
Para saber lo que significa reiki, se debe separar en dos esta palabra sánscrita compuesta: rei (energía universal) y ki (energía vital).
Se trata de una terapia japonesa tradicional que comenzó a desarrollarse alrededor de 1900 por Mikao Usui y posteriormente por su hijo Churijo Hayashi, y consiste en la imposición de manos sobre el cuerpo para transmitir energía y para ofrecer una solución a problemas emocionales o físicos.
¿Para qué sirve el reiki?
El reiki trabaja con el principio de que el ser humano es energía y que cuando se bloquea, es cuando se producen las enfermedades.
A través de la imposición de manos se disuelve esa especie de nudo que se ha creado y que impide que fluya la energía, devolviendo así el equilibrio al cuerpo.
Son las emociones negativas, los traumas y hasta los malos hábitos, los que terminan con el tiempo dificultando la circulación de energía vital a través de los chakras, y en estos casos es donde el reiki intercede, con el objetivo de que la energía vital fluya nuevamente, mejorando así diversos problemas de salud.
Beneficios del reiki
El reiki actúa en tu cuerpo o ser físico, aliviando molestias y dolores y favoreciendo tratamientos convencionales. Pero también lo hace en tu ser espiritual, permitiéndote ver las cosas con claridad y llevándote a un estado de armonía.
Aunque no es una práctica avalada por la ciencia, algunos de los beneficios del reiki se pueden apreciar en diversos niveles del cuerpo:
Físico
Ayudando a mejorar el metabolismo, las lesiones, los dolores crónicos por reuma, artritis, espalda, lumbares, artrosis, migrañas e incluso dolores menstruales.
Acelera los procesos de cicatrización y aumenta la capacidad que tiene el cuerpo para luchar contra problemas gastrointestinales, de la piel y oídos, reforzando el sistema inmunitario.
Emocional
Brindando equilibrio emocional a quien recibe la terapia, ayudando en el crecimiento personal, acabando con el estrés y la ansiedad, e incluso la depresión y las enfermedades mentales.
¿A quién va dirigido el reiki?
Se puede utilizar esta terapia en cualquier persona, incluso niños, ancianos, jóvenes, embarazadas, ya que es una terapia complementaria y no sustitutiva, es decir, que podrías realizar mientras sigues tu tratamiento médico o psicológico.
Para poder comenzar a aplicar esta energía universal a otros, primero deberás recibir los alineamientos por parte de un maestro reiki a través de una iniciación que permitirá que te pongas en contacto con la fuente de Ki y se abran tus canales de modo que fluya la energía.
Una vez lo hagas, ya serás un canal de reiki y la energía que has recibido podrás irradiarla por la palma de tus manos.
Si vas a ser el receptor de esta terapia, lo más probable es que te pidan colocarte de la manera más cómoda posible. El terapeuta emplea la energía reiki para equilibrar tu fuerza vital y eliminar bloqueos. La sesión puede durar una hora y luego te sentirás muy relajado, conectado y energizado.
Ahora que ya sabes qué es y para qué sirve el reiki, puedes comenzar a practicar esta técnica de sanación, o conocer algunas disciplinas que puedes aprender online, que te ayudarán a encontrar ese equilibrio físico y emocional que estás buscando.