Las medidas de confinamiento han impactado varios aspectos de la sociedad. Uno de los más comentados es el área laboral, pero ¿qué sucede con las familias que se han visto obligadas a reclutarse drásticamente y que necesitan hábitos saludables de convivencia?
Se sabe que la convivencia familiar puede ser compleja. Cada integrante posee su propia personalidad (con hábitos buenos y malos) y esto puede producir ciertas dificultades para compatibilizar roles.
Sin embargo, se puede hacer mucho para evitarlos. Con una gestión adecuada, organización, comunicación, cambios y disposiciones de enfrentamiento sano de problemas en la convivencia familiar se consigue fortalecer los vínculos fraternos dentro de la vivienda.
Para hacerte la tarea más sencilla, a continuación, algunas técnicas esenciales para enfrentar de manera óptima las dificultades que pueden presentarse en el diario vivir.
5 hábitos saludables para mejorar la relación en la familia
Es importante aprender y mantener ciertos hábitos de convivencia, que harán que tú y tu familia desarrollen una relación saludable y feliz.
¿Cuáles? Pon atención a los siguientes:
1. Compartir hobbies o juegos
Seguramente hay algún pasatiempo que a todos les guste en casa. De no haberlo, pueden descubrirlo, probando diferentes juegos y actividades que incluyan a grandes y chicos, hasta dar con aquella que sea divertida para todos.
Esta es una forma muy efectiva de pasar tiempo de calidad juntos, aportando cada uno desde sus capacidades, lo que mejorará la comunicación, la cercanía entre todos e, incluso, logrará diferenciar algunos buenos y malos hábitos en los niños, al poner a prueba su entusiasmo, honestidad, colaboración, entre otros valores.
Desde jardinear hasta jugar bachillerato, la idea es establecer una rutina de tiempo compartido que se disfrute.
2. Tiempo para comunicarse
La vida ajetreada actual a veces deja poco espacio para conversar. No obstante, algo bueno que trajo consigo la pandemia es que muchas familias pasan más tiempo juntas por el teletrabajo de los padres y las clases online de los niños, entregando más oportunidades para compartir.
La idea es crear la instancia, por ejemplo, durante y después de comer, para conversar, dando el espacio a cada uno para expresarse, y hablar de sus proyectos, alegrías o preocupaciones.
Para una óptima comunicación, una de las prácticas sanas dentro de la familia consiste en quitar los celulares de la mesa, a fin de no distraerse y estar presentes en ese momento.
3. Demostrar empatía
Más allá de los buenos y malos hábitos que se puedan tener (y que siempre deben ser evaluados), existe un concepto que sí o sí debe cultivarse en el hogar: la empatía.
Isabel Solís -psicoterapeuta y experta en terapia familiar- sugiere observar los sentimientos de los miembros de la casa durante el confinamiento, con el objetivo de tener una mayor empatía hacia las necesidades de todos.
Ponerse en el lugar del otro y priorizar sus intereses son hábitos saludables y actos de cariño que funcionan como un poderoso antídoto para evitar problemas en la convivencia familiar.
4. Compartir las tareas de la casa
Al organizar y distribuir las labores diarias, se fomenta la colaboración entre los miembros de la familia, la responsabilidad en los más pequeños, y la comunicación.
Se debe entender a la familia como un engranaje en que cada parte cumple un rol importante para que la “maquinaria” funcione.
Cuando se trabaja en equipo y se establece previamente lo que tiene que hacer cada uno, también se evitarán discusiones innecesarias.
5. Poner reglas
Ser felices como familia no quiere decir que todos tengan lo que quieran, en especial los niños, que están en etapa de formación.
Los buenos y malos hábitos en los niños se definen también por la capacidad de tolerar la frustración, lo cual les será mucho más fácil cuando aprenden de pequeños a recibir un “no” como respuesta, cuando la situación así lo requiera.
Que los padres pongan límites y sean claros, pero justos, ayudará a los más pequeños a tener una pauta moral que los podrá guiar y servir en su presente y futuro.
Es probable que, leyendo esto, hayas percibido algunos hábitos buenos y malos en tu propia familia. Está bien, lo importante es hacer esfuerzos por mejorar aquellos no tan sanos, para progresar juntos y lograr tener una relación en donde prime la comunicación, el cariño, el respeto, además de actividades saludables.