La cuarentena por el COVID-19 nos obliga a pasar más tiempo en casa, y el hecho de vivir una situación de incertidumbre y aislamiento puede generar ansiedad y/o aburrimiento, lo que fácilmente puede llevar a adoptar malos hábitos, como el sedentarismo, una mala alimentación o permanecer despierto hasta altas horas de la noche, dejando a un lado los buenos hábitos del sueño.
¿Qué son los buenos hábitos?
Un hábito es una acción que nos hemos acostumbrado a realizar de manera cotidiana, por lo que la hacemos en automático, por ejemplo, lavarnos los dientes después de comer o antes de ir a dormir.
Los hábitos ayudan a dar estructura a tu vida y dan seguridad. Al no tener que pensar en ellos para realizarlos, te ahorra energía y tiempo. El problema es que el cerebro no distingue si estos son hábitos malos, como fumar o beber en exceso; o hábitos para tener buena salud mental y física, por ejemplo, una rutina diaria de ejercicios, una dieta balanceada, dormir lo suficiente, tomar agua, meditar, etc.
Cuarentena: una oportunidad para adoptar hábitos saludables
Aunque no lo creas, permanecer en casa es una excelente oportunidad de incorporar hábitos para tener buena salud mental y física, y conservarlos por siempre.
Con un poco de voluntad y motivación podrás establecer metas saludables que darán sentido a tus horas de confinamiento. Es importante que estas no sean ideas vagas, como: “mañana haré ejercicio”, debes crear un plan realista y detallado de esta manera: “mañana me levantaré a las 7:00 AM para hacer 30 minutos de yoga, la próxima semana aumentaré a 45 minutos”.
La importancia de una buena alimentación
La buena alimentación es crucial para mantener un peso saludable y evitar enfermedades crónicas. Pero ¿qué cosas en concreto puedes hacer?
- Consume constantemente agua y evita las bebidas gaseosas.
- Reemplaza la sal con especias, como el ajo, la cebolla; o hierbas aromáticas como el orégano, el cilantro y el perejil.
- Aliméntate en los horarios adecuados –cada tres o cuatro horas- en cantidades que no excedan tu consumo calórico.
- Ten una dieta balanceada que incluya, en lo posible, todos los nutrientes necesarios, privilegiando el consumo de verduras, carnes, cereales integrales, frutas -de distintos colores-, legumbres y lácteos bajos en grasa.
- Prepara tus alimentos con métodos de cocción saludables como al vapor, plancha y horno. Evita las frituras.
Mantente activo
Estar en casa no es pretexto para la inactividad, hay muchos ejercicios que puedes realizar en interiores como yoga, pilates, rutinas con mancuernas, con tu propio peso, HIIT, etc.
Existen infinidad de opciones de rutinas de ejercicios que puedes realizar en casa donde seguramente encontrarás la que mejor se adapte a tus gustos, nivel de acondicionamiento y necesidades.
Continúa con las medidas de higiene
Durante el confinamiento es muy probable que hayas tenido que adoptar nuevas medidas de higiene, como el lavado frecuente de manos, uso de gel antibacterial, limpieza de superficies, uso de mascarillas, entre otras.
Debes continuar practicando estas acciones hasta convertirlas en parte automática de tu rutina.
Buenos hábitos del sueño
Al hablar de buena salud, dormir es igual de importante que el ejercicio o llevar una dieta balanceada. Dormir bien te ayuda a ser más productivo, enfermar menos, ¡incluso es útil para regular tu peso!
La incertidumbre y aislamiento social nos mantiene en estado de alerta constantemente, lo cual puede provocar insomnio en algunas personas. ¿Qué hacer para dormir sin problemas?
- Condiciona tu dormitorio para que sea un espacio que incentive la relajación.
- Evita distractores que perturben tu descanso, como el celular, la luz o el sonido exterior.
- Establece una rutina de sueño, es decir, intenta ir a la cama a la misma hora de siempre con el objetivo de preparar a tu mente para el descanso.
- No comas alimentos pesados por la noche.
- Puedes realizar una sesión de meditación para estimular el sueño.
Saber qué son los buenos hábitos y su importancia te ayudará a tomar mejores decisiones, de ahora en adelante, a favor de tu salud física y mental. Recuerda que cambiar acciones negativas por positivas solo es difícil hasta que llegan a convertirse en hábitos. Después de punto, tendrás una actitud saludable de manera automática y permanente.